Contexto Histórico
Las normas tradicionales sobre género y sexualidad, generalmente conocidas como el sistema de género binario, sostenían que solo existían dos géneros (masculino y femenino) y que cada uno debía corresponder con el sexo asignado al nacer. Según estas normas, las personas debían seguir roles específicos: los hombres debían ser masculinos, activos y proveedores, mientras que las mujeres debían ser femeninas, pasivas y cuidadoras. Estas expectativas establecían que la orientación sexual “normal” era la heterosexualidad, limitando la diversidad en el sexo biológico, la identidad de género, la expresión de género y las orientaciones sexoafectivas.
Estas normas sociales no fueron formalmente establecidas por una persona específica, sino que emergieron de estructuras patriarcales y religiosas que dominaron durante siglos en muchas culturas. Por ejemplo, En la Edad Media, los teólogos y filósofos utilizaron las interpretaciones acerca de la Génesis, Adán y Eva. Axiológicamente Tomás de Aquino toma a la mujer como lo indecente, sucio, moralmente, es el instrumento para hacer caer al varón en el mal, mientras que el varón es el bien, lo apetecible, pues fue creado antes que la mujer para significar su superioridad en dignidad y gobierno. Tomás de Aquino integró la doctrina cristiana con la filosofía aristotélica, afirmando que las diferencias entre hombres y mujeres eran naturales y ordenadas por Dios. Esta visión, malinterpretada por la ignorancia de los hombres de su época, consolidó el binarismo de género como una norma incuestionable, perpetuando la idea de que cada persona debía ajustarse estrictamente al rol asignado según su sexo biológico. Lee más acerca de la postura filosófica de Tomás de Aquino:
https://apologeticaparaateos.wordpress.com/2020/11/27/tomas-aquino-y-la-mujer/
Sin embargo, esta construcción binaria no reflejaba la complejidad de las experiencias humanas ni la diversidad de identidades que existían en distintas culturas y épocas. Aunque la narrativa de Adán y Eva fue un pilar del pensamiento occidental, estudios recientes han señalado que esta interpretación está lejos de ser universal y que muchas sociedades precristianas y no occidentales reconocían múltiples géneros y roles más fluidos.
A partir de la Revolución Industrial en el siglo XIX, se reforzó la división de roles de género para organizar la sociedad y la familia, así como para asegurar el control social. Durante este período, figuras industriales como Andrew Ure, científico y economista escocés, y Richard Arkwright, fundador de fábricas textiles en Inglaterra, promovieron la idea de que los hombres debían asumir el rol de proveedores en fábricas mientras que las mujeres quedaban relegadas al hogar. Citando a Ure, en su obra The Philosophy of Manufactures (1835): “Es tan bajo que no se gana más de un franco y medio al día, por un producto de seis ells. Sin embargo, estas mercancías bajas generalmente son tejidas por mujeres y niños”. Este tipo de pensamiento contribuyó a consolidar esta estructura laboral patriarcal, que definió las expectativas de género en Europa y América, limitando a las mujeres y niños a roles de apoyo y excluyéndoles de muchos trabajos remunerados.
La medicina, la psicología y el derecho también se alinearon con estas ideas, promoviendo una visión binaria y limitante de género. En el ámbito científico, el médico y sexólogo Richard von Krafft-Ebing ayudó a consolidar la heterosexualidad como “normalidad” en su obra Psychopathia Sexualis (1886), donde patologizaba cualquier comportamiento sexual que no fuera heterosexual y reproductivo, criminalizando la homosexualidad y en favor de su medicalización. Otros científicos como Sigmund Freud en Austria y Havelock Ellis en el Reino Unido también reforzaron el sistema binario y heterosexual, aunque plantearan matices en sus teorías. Estas ideas, respaldadas por instituciones religiosas, científicas y laborales, perduraron hasta mediados del siglo XX, cuando los movimientos de derechos civiles y feministas comenzaron a cuestionar y deconstruir estas normas rígidas sobre género y sexualidad proponiendo un modelo de género.