Modelo de Género
La clasificación de la identidad de género, la expresión de género, la orientación sexo-afectiva y el sexo biológico fue formalizada en el “Modelo del Género” por la Dra. Sandra Bem, psicóloga y feminista estadounidense, en la década de 1970 en Estados Unidos. Bem desarrolló este modelo en un contexto de cambio social impulsado por los movimientos de derechos civiles y el feminismo de segunda ola, que defendían la igualdad de género, cuestionaban las normas tradicionales y proponían un enfoque más flexible y comprensivo de la identidad y la sexualidad.
Bem comenzó a introducir su teoría de la androginia psicológica, proponiendo que las personas podían integrar tanto cualidades tradicionalmente masculinas como femeninas, en lugar de estar confinadas a un único rol de género. Esta teoría fue innovadora en un momento en que predominaba el enfoque binario y limitante del género. La androginia, según Bem, era una forma saludable de ser que permitía a los individuos actuar de manera flexible según las demandas del entorno, sin estar restringidos por normas de género.
Para medir esta flexibilidad, Bem desarrolló el Inventario de Roles de Género de Bem (BSRI), una herramienta de autoevaluación que permite a las personas identificar en sí mismas rasgos masculinos y femeninos, puedes hacer el test breve aquí: https://www.idrlabs.com/es/roles-de-genero/prueba.php .
El modelo de género de Bem fue revolucionario y alentó a otros investigadores y activistas a explorar y visibilizar más allá de las normas binarias. En 1979, la socióloga estadounidense Judith Butler comenzó a explorar la teoría de performatividad de género, profundizando en la idea de que el género no es algo innato, sino una serie de actuaciones sociales. Las teorías de Butler influirían en el desarrollo de los estudios de género en la década de 1990, ampliando aún más el trabajo de Bem y desafiando las estructuras patriarcales de género en contextos académicos y activistas.
La obra de Sandra Bem también tuvo impacto en ámbitos de salud mental y educación. En 1975, la psicóloga estadounidense Virginia Prince, una pionera del movimiento transgénero, contribuyó a la aceptación de la distinción entre identidad de género y orientación sexual. Prince fundó la revista Transvestia en 1960, donde publicó artículos que apoyaban el reconocimiento de la identidad de género de forma independiente de la orientación sexual. Este trabajo ayudó a distinguir estos conceptos dentro del activismo y las ciencias sociales, y fortaleció la base para el modelo de género de Bem y la ampliación de categorías de género.
A través del “Modelo del Género”, Bem y sus contemporáneos no solo desafiaron las normas tradicionales, sino que también ampliaron la comprensión de las identidades y expresiones de género en un momento crucial de la historia, cuando los movimientos feministas y de derechos LGBTQ+ cuestionaban las ideas rígidas y binarias. Su trabajo y el de otros activistas y académicos contribuyeron a sentar las bases de la moderna teoría de género, promoviendo una visión inclusiva que sigue influyendo hasta hoy.